Los cambios en nuestro modo de vida nos alejan de la manera artesanal de explotar los recursos y han transformado radicalmente los modos de producción.
He comenzado este proyecto reflexionando sobre las formas de cacharros de barro utilizados tradicionalmente, y cuyo diseño ha permanecido inalterado durante siglos. Dialogando con los alfareros de Portillo sobre cuáles eran las formas más comunes o más antiguas, me di cuenta de que era inabarcable la cantidad y su variedad, y decidí concentrarme en los elementos empleados para el agua.
A partir de esta relación del líquido y su continente, pasé a trabajar sobre la forma del contenido. Así, he utilizado los recipientes hechos a mano como molde escultórico para obtener el vaciado, como si fuera posible ver el agua en su interior, convertida en ceniza, mezclada con yeso y arena, materiales característicos de Tierra de Pinares.