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huellas del bosque:

una xiloteca

Trabajo en proceso
Work in progress 

Una xiloteca

Objeto del proyecto

El proyecto propone una reflexión sobre la necesidad de preservar el bosque como patrimonio natural, a partir de la creación de una xiloteca, una biblioteca de maderas de Castilla y León. La investigación artística se formula como una exploración de la diversidad forestal de la Comunidad, realizando un recorrido por sus principales bosques para documentar y recopilar muestras de maderas y otros elementos arbóreos como materiales de trabajo.

El proceso creativo se completa con la construcción de cajas de los diferentes tipos de maderas, que a su vez servirán como contenedores de los elementos vegetales de cada especie convertidos en piezas de porcelana. El conjunto queda configurado como una instalación artística, en una lectura contemporánea de las colecciones taxonómicas características de la época de la Ilustración.

En una coyuntura de revalorización del mundo natural como refugio en tiempo de pandemia, la propuesta se enmarca dentro de una investigación más amplia sobre nuestra relación con el medio ambiente, desde el convencimiento de estar inmersos en la era antropocénica y apelando a la necesidad de respuestas urgentes para salvaguardar la biodiversidad.

Dentro de mi propia práctica artística, tiene como antecedentes dos proyectos expositivos, el primero concretado en 2019 para el Centro de Arqueología Experimental de Atapuerca (Burgos), y el segundo, en 2020, para el espacio Nexo990 (Monzón de Campos, Palencia). Todos ellos tienen en común la creación de piezas de porcelana a partir de elementos vegetales, presentadas como huellas o restos fósiles en el contexto de un proceso científico y arqueológico.

Nuestra relación con el medio natural en transformación

En el actual contexto de pandemia mundial parece evidente que las amenazas virales no pueden desasociarse de otros desastres que se están produciendo en el medio natural como sequías, olas de calor, tormentas masivas, etc. Ante este escenario urge una respuesta responsable de la acción humana sobre las condiciones ambientales.

La pérdida de biodiversidad y los sistemas alimentarios intensivos aumentan las probabilidades de que se produzcan enfermedades zoonóticas. Así, la crisis de la COVID-19 ha puesto de relieve la emergencia de abordar los desafíos ambientales, como mecanismo de resistencia social que garantice un futuro más saludable.

España es el país europeo con mayor biodiversidad, y esto se refleja también en la flora, con alrededor de 15 millones de hectáreas cubiertas de bosques, cerca de un 30% de su superficie. Castilla y León atesora la mayor aportación, aproximadamente un tercio de esa masa forestal. Este proyecto artístico quiere poner de manifiesto esa riqueza a través de los diferentes tipos de árboles de Castilla y León, no sólo como recurso económico en una explotación sostenible, sino como patrimonio natural que además de transmitir la belleza primigenia del mundo, también constituye nuestra tabla de salvación.



 

 

El proyecto parte de un análisis de la tipología forestal de la Comunidad para posteriormente dar paso a un trabajo de campo consistente en la recopilación de muestras de maderas. A partir de esa exploración inicial, se pretende crear una xiloteca, una biblioteca de maderas, mediante la construcción de cajas que contengan elementos identificativos de cada especie arbórea, como ramas, hojas o semillas, convertidos mediante una sofisticada técnica cerámica, en piezas de porcelana.

Esta investigación artística configura una lectura contemporánea del coleccionismo ilustrado del siglo XVIII y se inspira en una actualización de algunos referentes museográficos europeos. La xiloteca se convierte así en un repositorio material de la diversidad maderera de nuestros bosques, que alberga elementos vegetales convertidos en pequeñas esculturas de porcelana, como huellas fosilizadas que simbólicamente muestran la fragilidad del presente.



 

 

 

Las xilotecas del siglo XVIII como referente 

La palabra proviene del griego xylos (madera) y théke (lugar de repositorio). Una xiloteca es una colección de maderas, en la que está representada y clasificada la flora de una zona geográfica. Ya en la Edad Media comenzaron monjes a coleccionar plantas y a crear herbarios. En el siglo XVIII, con la Ilustración, los científicos impulsaron exhaustivas y sistemáticas colecciones y formaron gabinetes de historia natural de fauna y flora. Fue en este tiempo cuando surgieron los estudios sobre explotación forestal y silvicultura, cuya función era buscar soluciones para la escasez de madera a través de la plantación y las medidas de cuidado de los bosques. Se crearon colecciones de maderas, a partir de las cuales se desarrollaron las grandes xilotecas. Se trataba de cajas de madera que contenían hojas, semillas, ramas y líquenes, etc. del propio árbol, que se almacenaban cerradas mostrando el lomo como en libros ordinarios. Algunos ejemplos notables son las xilotecas de Kassel y Hohenheimem (Alemania) o las de los monasterios de Stift Lilienfeld (Austria) y de Strahov (República Checa).




La diversidad forestal de Castilla y León

El presente proyecto pretende poner en valor la enorme riqueza que reside en los bosques de Castilla y León, y así contribuir a la reflexión, a través del arte contemporáneo, de cómo nos relacionamos con el medio natural.

Algo más de la mitad del territorio de Castilla y León corresponde a montes o terrenos forestales, que constituyen la base o esencia de un patrimonio natural de inestimable valor, tanto por su extensión, como por su diversidad. Un medio natural que es fuente de materias primas y escenario de actividades que colaboran con el mantenimiento de la sociedad rural. En la Comunidad hay ejemplos que sirven de excelente modelo de cómo obtener beneficios económicos y ambientales garantizando la perpetuación y mejora de los bosques.

Durante milenios los montes fueron considerados lugares hostiles, apreciados sólo como fuente de materias primas. Desde mediados del siglo XIX se abre paso una nueva concepción derivada de la incipiente ciencia forestal y se comienza a tener conciencia sobre su posible agotamiento por las prácticas abusivas de los recursos forestales.

La masa forestal cumple otras importantes funciones vitales, como las compensaciones de gases de efecto invernadero para contrarrestar el cambio climático. El bosque es, por tanto, fundamental para la vida del planeta por sus funciones biológicas, necesarias para nuestra superviviencia. Desde los años 90 se ha comenzado a pensar en el binomio hombre–naturaleza a partir de una nueva relación que evite la fractura, desde el convencimiento de que la conservación de la biodiversidad y la optimización del beneficio social de los montes han de ser considerados de forma conjunta y equilibrada.