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pinaster lab

un proyecto colectivo

Trabajo en proceso
Work in progress 

 

El árbol que mueve algunos a lágrimas de felicidad,
en la mirada de otros no es más que un objeto verde
que se interpone en el camino.
William Blake

Objeto del proyecto

Se trata de un trabajo de investigación artística de materiales y productos derivados del pinar como reflexión de la transformación en la relación del hombre con el medio natural. La recuperación de la actividad resinera abre una nueva posibilidad de existencia del bosque como fuente de riqueza económica, lo cual conlleva su conservación, aprovechamiento y replantación. La explotación resinera sirve en este contexto como hilo conductor para indagar en la relación social con la naturaleza, desde un punto de vista de desarrollo para el futuro.

El Pinus pinaster, también conocido como resinero o negral, al que hace referencia el título del proyecto, y el Pinus pinea o piñonero son los árboles más comunes en la zona de Portillo. En la actualidad la extracción de la resina se realiza de forma sostenible, mediante turnos de 100 años por árbol, utilizando un sistema que lo mantiene vivo. Se eligen ejemplares con un mínimo contorno de tronco de 30 cms. y una antigüedad de unos 40 años. Es una producción renovable que reduce la desertización, creando nuevas relaciones con el medio rural. Gran parte de estos bosques son fruto de replantaciones que en Portillo sirven para fijar las dunas de arena, convirtiéndose en sistemas creadores de vida.

Laboratorio de materiales y procesos


La aplicación de materiales del bosque resinero abre un abanico de posibilidades de investigación para su aplicación al arte contemporáneo, tomando consciencia tanto de sus posibilidades plásticas como de la dimensión semántica y sensorial de sus características orgánicas (textura, olor, huella, etc,).

El laboratorio plantea una doble línea de trabajo. Por un lado, la identificación y tratamiento de los recursos provenientes tanto de los pinos (madera, resina, pinocha o burrajo, corteza, roña, piñón) como de su ecosistema (arena, tierra, piedras, líquenes, especies arbustivas y micológicas, etc.),

De forma paralela, la toma de contacto con los trabajadores resineros u otras personas vinculadas a la comunidad permitirá ahondar en la relación social y económica con el medio natural.

Así, la invitación a otros tres artistas a participar en el proyecto sobre el terreno pretende ampliar esta exploración desde las aproximaciones de prácticas artisticas diferentes en su relación con el medio ambiente y las tecnologías. En palabras del artista y biólogo, Brandon Ballengué, a través de la experiencia directa con la naturaleza recuperamos la característica humana de la emoción, que nos permite reflexionar, ya que perdemos la empatía por el distanciamiento con el medio natural.

La explotación de la resina


El bosque es fundamental para la vida del planeta por sus funciones biológicas, necesarias para nuestra superviviencia. Son precisamente estas variables las que se incluyen ahora en el estudio de la economía ecológica. Los bosques resineros ejemplifican este nuevo enfoque sobre el terreno. La vuelta a esta actividad de explotación se hace desde la sostenibilidad, con un modelo económico de equilibrio entre las necesidades humanas y el medio natural.

La resina en bruto o miera se calienta y se filtra de restos de corteza y otras impurezas para obtener la trementina, de cuya destilación se producen el aguarrás y la colofonia (masas de color amarillo semitransparentes, frágiles). Tiene multitud de aplicaciones en la industria química para elaborar barnices, pinturas, colas, gomas, etc., en cosmética y en farmacéutica. También la pez o brea vegetal (material negro y muy viscoso, derivado de la combustión de tocones y astillas impregnados), es un potente impermeabilizante. La utilización de resina natural tiene innumerables características, que superan las las de las resinas sintéticas, y la producida en España es de muy alta calidad.

Hacia una economía ecológica


En la actualidad, en las ciencias económicas se utiliza el término economía ecológica, que incluye nuevas variables, como son el tiempo y la justicia, al estudio del sistema natural y los subsistemas social y económico. Se analizan los conflictos entre el crecimiento económico y los límites físicos y biológicos de los ecosistemas. En la economía convencional o neoclásica, formada en el siglo XIX, la explotación de los recursos naturales se basaba en dos convenciones fundamentales. La primera: la naturaleza es un bien libre, y la segunda: las cantidades de bienes se asocian al bienestar del hombre. Así, se pensaba que el límite de los recursos naturales estaba lejos de los límites de saturación de las necesidades humanas.

La economía ecológica trabaja la sostenibilidad mediante un enfoque integrador con otras disciplinas. Desde los años 90 se ha comenzado a pensar en la relación hombre–naturaleza a partir de una nueva concepción de la tecnología, no como dominio de la naturaleza, sino como dominio de la propia relación entre la naturaleza y el hombre. De esta manera, la innovación tecnológica debe convertirse en aliada del medio ambiente y evitar la fractura entre hombre y naturaleza.

La tecnología nos debe acercar de nuevo a experimentar la relación directa con el medio natural, en comunidades concretas, para tener un contacto directo con las sustancias reales de la vida. La extracción de la resina ejemplifica este cambio de modelo productivo desde una visión comprometida con el entorno, recuperando un vínculo tradicional con el territorio mediante la renovación de procedimientos.

El presente proyecto pretende contribuir al análisis de esta nueva asociación entre una naturaleza específica (los pinares, sus árboles, la resina y sus derivados) y la actividad humana (resineros, forestales, administración, industria o ciencia) a través del arte contemporáneo.