La instalación para esta exposición “Barro de mae” consta de tres mesas que he cubierto con arena de playa, humus y sal, respectivamente, en correspondencia con los tres paisajes descritos anteriormente. Las formas vegetales realizadas en porcelana se encuentran sobre estas superficies, clasificadas, según su procedencia: las dunas de Costa Nova, los alrededores del bosque de Sao Jacinto, y las salinas.
Las piezas cerámicas surgen de un proceso inicial de recolecta de restos vegetales en los territorios definidos. Después son sometidos a un proceso de inmersión en porcelana en estado líquido. Su cocción a altas temperaturas elimina la materia orgánica para obtener finalmente la impronta de la planta. Su aspecto óseo y frágil, con elementos resquebrajados o fragmentados, establece un puente emocional entre las especies animales y vegetales, entre el hombre y las plantas.
Este aspecto inerte permite la contemplación de una especie de foto fija, que plantea interrogantes sobre nuestra relación con el medio natural. El proyecto propone, en suma, una reflexión sobre la actual era antropocénica, que define al hombre como agente geológico que transforma el medio, el clima y la naturaleza, un punto de inflexión en el camino de la humanidad.
Al tratase de una instalación site specific, ocupando una estancia conventual con una evidente carga espiritual, el tríptico botánico que componen las tres mesas adquiere una apariencia funeraria, como si se tratase de túmulos u osarios.