Parto de lo absurdo de envolver en plástico ramas y troncos de árbol. Transformo su superficie, la escondo. El plástico, de un solo color, da al volumen una nueva identidad, una nueva naturaleza. En la distancia, las nuevas formas podrían verse como dibujadas sobre un fondo blanco, y ser planas, lo cual me permite un juego de intercambio entre lo plano y lo profundo, lo bidimensional y lo tridimensional, la superficie y el espacio.
Estas obras me permiten transportar la imagen de un medio a otro, y también buscar los límites entre lo natural y lo transformado. Se conforma una red de relaciones materiales y conceptuales, que adquieren un nuevo contexto.
B.Geisselmann