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vuela la luna

… Martín apagó la luz. Solly yacía de espaldas con la gran cúpula del vientre dorada por la luz amarilla de la farola. La perspectiva de la noche que empezaba la horrorizaba. Ahora que el bebé estaba a punto de llegar, no podía dejar de existir ni en el sueño. Pasaba las noches en la antesala de la inconsciencia, un lugar lleno de movimiento, ruido y luz amarilla. 

(Rachel Cusk, Arlington Park) 

INGRAVIDEZ

 

La maternidad que quiero ver en esta obra, es la interna, visceral, instintiva, hormonal, tal vez hasta voluntaria, la idea de la crianza de generaciones futuras como la tarea más importante. Es la maternidad que se descubre como un lugar de disputa que redefine las relaciones de género y la posición social de las mujeres, aquella que nos lleva a una lucha interna con la voluntad de autorrealización. Y nos impide concentrarnos para el desarrollarnos como un ser independiente. Como nos dice Adrienne Rich en Cólera y Ternura, que la creación, la poesía, era el lugar que habitaba sin ser madre, donde existía como ella misma.

Si la autorrealización se alcanza a través de un trabajo creativo, cuyo fin no es la mera remuneración, conllevan la maternidad y la crianza, vistas como un obstáculo para la autonomía, aun mayor dificultad  por ser consecuencia de un deseo interiorizado y no responder al patrón social de un trabajo necesario.

Históricamente, según la concepción de la sociedad patriarcal, la madre ideal no tiene intereses propios, sino que ha de fundir los suyos con los del hijo. Caer en la tentación de anular el yo, es la respuesta socialmente esperada, en vez de incumplir con el impulso del amor maternal. Desde el punto de vista tradicional del psicoanálisis freudiano, la principal característica de la maternidad es la ternura, que se traduce en pasividad como voluntad de sacrificio. La maternidad anula toda agresividad y sexualidad en la mujer.

La vida se convierte en una sucesión de expectativas, un retraso constante del trabajo creativo, …cuando termine la limpieza, cuando ya se haya recuperado, cuando le hayan salido los dientes, …cuando pase de curso … y en el día a día las interrupciones son constantes, …. ahora voy, espera un momento, …

Una mujer que sigue el deseo de ser madre y la voluntad de autorrealización, se ve presa de una dicotomía interior que la arrastra a una batalla contra sí misma, y es una batalla que ha de lidiar en solitario.

En la instalación escuchamos una voz de una madre cantando una nana titulada Vuela la luna, que da título a la obra. También otras voces de madres hablando con sus hijos e hijas se entremezclan, y el sonido a veces se convierte en opaco, como si pudiera escucharlo el bebé en el vientre de su madre. El sonido se convierte en imagen y es transportado a la semiesfera de hilo de fibra óptica, iluminando diferentes zonas con puntos de luz, que al permanecer el lugar en completa oscuridad, hace perder otras referencias espaciales y crea confusión.

vuela la luna

2009 “Vuela la luna”, Universidad de Jaén / “The moon flies”, University of Jaen

instalación video-audio, fibra óptica