La memoria de la unión, unificación o re-unificación surge de la carpeta de los recuerdos, recogidos en periódicos ya amarillentos, para convertirse en ramificaciones casi orgánicas, pero que forman una unidad. Lo que nos une y lo que nos separa está ahí –formando un entramado de múltiples conceptos desarrollados y vueltos a enrollar por muchas manos afanosas– para dar forma a un concierto al que contribuyeron en su día, perfilando los pros y los contras de la unificación, las voces de políticos, periodistas, escritores y del llamado “pueblo”.

Contemplamos atónitos, extrañados, con una sonrisa y con preocupación, este pasado ya concluido (?), pensando en nuestro presente, a la espera de convertirnos en pasado también, y en otra obra de arte quizás.